31/8/10

EXPEDIENTE BICHOS


Para efectos de no decir los nombres y lugares reales, a la primera victima, llamémosle, , la encontraron sacrificada en el Jardín del Edén; noches después, aparecieron los restos engullidos de La Luciérnaga con su luminoso trasero, la descubrieron a las orillas del Bella Muerte, siguió el hallazgo de La Mariposa Technicolor que apareció violada despiadadamente por los ojos, la saña brutal delataba la desilusión por una presa hermafrodita, también en las cercanías de El Templo, el cadáver reseco de fluidos de La Mantis Religiosa, se sospechó asesinada antes de poderse defender del Monstruo con su Fe, pasaron por las armas La Cigarra Madre y La Garrapata Trepadora, la desquiciada Bestia siguió con La Araña Real de hermosas medias escarlata, alcanzando hasta La Novata y Bella Catarina que pasó por sus garras de forma terrible. Tarde se supo que el Animal le sacaba la vuelta a La banda de las Cucarachas, pues estás no tenían caducidad y así, fueron inmunes.

En tanto, el pavor invadía los tugurios y las latas de sardina del basurero, desolación, extinción, holocausto.

La forma de atacar era la misma, emblemática, selectiva; Hembras, de buen ver y de mejor brillar, solas y desbalagadas, en un ritual habitual ensalivaba los cuerpos completamente, todo indicaba que seguiría La Abeja Reyna, El Panal lucía con pocos zánganos y poca miel, pero al igual que La Cintura de La Avispa, no tardaría en caer, pues no había compasión en los ojos de gargajo y sangre del Depredador, ni temor de ningún dios, ni sentimientos ni arrepentimientos, impune, alevoso y ruin, babeante y erecto, esperaba acosador y muerto de hambre a sus presas, cínico les saltaba encima, como si cada muerte lenta o precoz fuera un juego, de noche y de día, ávido y adicto de muerte, en el coito circuito de su mente en cacería, no tenía llenadera.

Fue una suerte negra de crímenes de antología que terminó paulatinamente, dicen, que de pronto el Engendro supo que estaba equivocado de vocación y que lamiéndose el Chilito hasta acabárselo, fue que de poco a poquito se curó de hacer el mal, tanto, que hasta las peores Moscas Arrabaleras, le hacían burla aterrizando en sus orejas y hocico, sin el menor temor.

Tiempos de paz al cabo de una decena de lunas llenas, la leyenda llegó a su fin, el memorable asesino serial de los bellos bichos, terminaba su perra vida de una mala digestión, sus viejas Pulgas abandonaron el pestilente casco sin llorar. Dos millones de Hormigas de La Guardia Roja, tomaron por asalto El Cuchitril.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola, muy interesante el post, saludos desde Chile!